La Casa Encendida de Madrid presenta la exposición Criaturas vulnerables comisariada por Andrea Bagnato e Iván L. Munuera que reúne investigaciones artísticas y arquitectónicas sobre la infección, la enfermedad y la salud con el objeto de contribuir a una reflexión más profunda sobre la reciente pandemia.
Los estudios tradicionales sobre contagio suelen recurrir a la metáfora de un cuerpo sano que sufre la agresión de algún agente externo, cuando lo cierto es que la interacción entre diferentes cuerpos (humanos y no humanos), microbios, arquitecturas, usos culturales, tecnologías y ecosistemas se fundamenta por su naturaleza misma en el contacto, las fricciones y los continuos encuentros. Según Monica Bonvicini, una de las figuras artísticas más influyentes de las últimas tres décadas, y que presenta en «Criaturas vulnerables» su obra, “cualquier cosa que se haya definido históricamente como desviada, o como manifestación de algún tipo de enfermedad, es digna de confianza”.
La exposición cuenta con obras de Michael Wang, El jardín del contagio, en torno a la belleza y los virus, Rachaporn Choochuey y Nerea Calvillo, acerca del aire que compartimos en la intimidad y el espacio doméstico, Pratchaya Pinthong e Işıl Eğrikavuk, que cuestionan los conceptos de epidemia y salud pública aplicados históricamente a los países colonizados; Himali Singh Soin y P. Staff, que sugieren que el contagio puede ser un acto antihegemónico, y Pepe Espaliú, cuyo trabajo representa una de las más profundas conceptualizaciones de la vivencia del SIDA, virus con el que dialogó valientemente en el plano artístico y sobre el que produjo algunas de sus obras más importantes.
Fuente: La Casa Encendida