Imagen de portada: “Sinapsis conectiva 3”, escultura con luz y técnica de dibujo, de Marta Pinilla

Así se presenta la artista y performer española Marta Pinilla en su página web. Ante semejante declaración de intenciones, Probeta Mag estaba deseando charlar con ella y saber más sobre sus inspiraciones y sus motivaciones. La conocimos en Instagram bajo el alias Biomartix y hoy protagoniza una nueva entrega de nuestros Microdiálogos. Presencial, en vivo y en directo.

¿Cuál fue tu punto de partida para interesarte por el territorio compartido entre arte experimental contemporáneo y el carácter experimental de la ciencia? 

Soy bióloga de formación y he sido profesora de ciencias en un colegio. También soy licenciada en Bellas Artes. Estoy aprovechando una excedencia de la docencia, durante la que me he ido a estudiar a Londres a la mejor institución de enseñanza europea en el área del arte y la ciencia, la Central Saint Martins de Londres. Ya estoy de vuelta en España después de un año increíble de intercambios, inspiraciones y proyectos apasionantes.

¿Consideras que la experimentación artística y la científica siguen similares métodos de investigación? ¿Dónde se situaría al respecto tu discurso artístico? 

Ambos métodos de investigación siguen similares modos de creación, aunque la experimentación artística surge de la subjetividad, y la ciencia por definición es objetiva. Mi forma de crear y de experimentar tiene un cariz subjetivo, es fruto de un sentimiento personal. Por otro lado, hay artistas que están ayudando a que la ciencia evolucione con sus aportaciones “out-of-the-box”, fuera de lo establecido.

Del concepto de interpretación del mundo natural como modelo científico frente a la representación artística. ¿Cuáles son tus fuentes de inspiración? 

En mis trabajos sobre la neurociencia y el funcionamiento del cerebro, me marcó especialmente la enfermedad degenerativa de mi abuela. Cómo la persona más inteligente que había conocido nunca, perdía sus facultades y se transformaba en alguien distinto.
El libro de cabecera que más me ha inspirado es “El jardín de la neurología. Sobre lo bello, el arte y el cerebro” del neurocientífico Javier de Felipe, profesor de investigación en el Instituto Cajal (CSIC), especializado en el estudio microanatómico del cerebro que lidera el proyecto Cajal Blue Brain.

En la escuela Central Saint Martins de Londres investigan las relaciones creativas entre el arte y la ciencia y cómo comunicarlas. Este curso pionero persigue resultados innovadores en la práctica y la investigación. ¿Qué visión motiva la creación de este curso y cómo te influyó? 

En la escuela, la experimentación se aplica desde diferentes ámbitos científicos como la microbiología o la bio-ciencia para crear sus obras. La interdisciplinariedad y el paralelismo es la clave. Los científicos están presentes tanto en las aulas como fuera de ellas.  Este diálogo continuo me permitió desarrollar mi mirada y centrar mi visión como artista en diferentes disciplinas como la ilustración, los foto-libros, las esculturas, la ilustración, el dibujo digital o la fotografía en Lomografía. También experimento con soportes y materiales como bordados, hilo o placas de Petri.