Quizás algunos reconozcan la imagen de la izquierda, se trata de un cuadro de Yvonne Coomber, una artista británica, famosa por sus coloridos cuadros au plain air de motivos florales abstractos. Pero, ¿qué es la imagen de la derecha? Puede que un científico reconozca espermatozoides de colores nadando hacia el óvulo, un amante del paintball verá reflejado el final de una partida y un artista verá una expresiva pintura abstracta.
Lo cierto es que la imagen de la derecha proviene del archivo de un laboratorio de neurobiología, y lo que vemos en ella son nada menos que neuronas fluorescentes. Los investigadores “tiñen” las neuronas con distintos colores fluorescentes para poder así verlas y distinguir unas de otras. Esto es de gran ayuda para estudiar las conexiones neurológicas en el cerebro, de hecho, la invención de la técnica brainbow que permite pintarlas supuso un gran avance para esta disciplina.
Después de que las imágenes brainbow hayan cumplido su misión científica en muchas ocasiones se presentan a concursos de fotografía científica, donde suelen tener gran acogida. Resulta curioso que sabiendo que la imagen es una fotografía microscópica destinada al estudio del cerebro, sea difícil no contemplarla como si de un cuadro de arte se tratase. Saber que lo que vemos es parte de nosotros, convierte esta experiencia en un aprendizaje trascendente e inusual.
#Cultural Data
Brainbow, es una técnica de pigmentación fluorescente desarrollada en 2007 por Jeff W. Lichtman y Joshua R. Sanes. Consiste en activar en el genoma del sujeto ADN que se codifica para proteínas fluorescentes. Cuando las neuronas se crean, expresan estos genes. Cada neurona produce aleatoriamente distintas cantidades de las proteínas fluorescentes azules, rojas y verdes. Cuando el sujeto se desarrolla, cada una de sus neuronas adquiere un color distintivo, como podíamos ver en la fotografía.