Probeta Mag ha cumplido con la cita española del año con el arte contemporáneo para coleccionistas, galeristas, artistas y profesionales del arte de todo el mundo. Visitamos ARCOmadrid 2017 y sus dos pabellones de IFEMA rebosantes de propuestas artísticas arriesgadas, instalaciones provocadoras, o tendencias de vuelta al academicismo, pero que en ningún caso dejan indiferente. Según sus organizadores, “la creciente apuesta de un total de 200 galerías de 27 países por ARCOmadrid con la presentación de obras y propuestas de alto nivel de calidad confirman la confianza del mercado en esta 36ª convocatoria, que gana peso y reconocimiento en el actual panorama internacional del arte”. Argentina como país invitado, que cuenta con el apoyo del Ministerio de Cultura de Argentina y artBA, consolida la proyección de ARCOmadrid como referente latinoamericano en Europa.
Nuestra mirada se ha detenido en las escasas propuestas de enfoque científico-tecnológico, por las que han apostado las galerías de arte este año. El español Daniel Canogar destaca por encima de todas con las instalaciones “Echo” (2016) en la galería española Max Estrella, y “Xylem”(2017) en la galería suiza Art Bärtschi & Cie.
“Echo” nos ha sorprendido especialmente con el poder hipnótico de una pantalla de LEDs que reproduce una animación generativa que nunca se repite, interrumpida por patrones de moiré. La obra está conectada a una página web que registra terremotos en tiempo real. Las interferencias en la imagen las provoca la actividad sísmica del planeta, creando una composición abstracta que capta los susurros multicolor de los desplazamientos de las placas tectónicas. La pantalla es flexible y la instalación puede crear ambientes muy diferentes según cómo se ubique: suspendida en el aire, semidoblada, casi a ras de suelo. Fue concebida originalmente para nutrirse de datos diferentes, desde información sobre incendios, a niveles de polución o índices pluviométricos.
“Xylem” es la traducción al inglés de xilema, tejido vascular en las plantas que canaliza agua y disuelve nutrientes desde las raíces y ayuda a formar el tallo de las plantas. Una pantalla de 80 pulgadas 4K evoca los movimientos fluidos de la lluvia o la caída del agua en una cascada, así como los procesos biológicos del sistema circulatorio animal y vegetal. En palabras de Canogar, “esta obra intenta captar el incesante flujo de información financiera que nos afecta de más formas de las que podamos imaginar”, a través de una animación generativa creada con datos financieros en tiempo real de 383 índices bursátiles de todo el mundo.
También descubrimos la obra del colombiano François Bucher en el stand de la galería Alarcón Criado de Sevilla (España). Artista que vive y trabaja en Berlín y es profesor en la Universidad de Umeä (Suecia), ha expuesto en la Tate Britain, el Museo Whitney, en el New York Video Festival del Lincoln Center, o el Rotterdam Film Festival, entre otros. Ha recibido numerosos premios y es un ponente habitual en foros como LABoral Gijón donde participó en un simposio sobre el significado de la imagen en la cultura contemporánea. En su obra, Bucher ha centrado su atención en las realidades esotéricas y las iluminaciones de los visionarios, influido por la religión de su país natal. Las obras expuestas en ARCO giran en torno a la forma de Venus, en cuatro piezas muy distintas entre sí: 13 resonadores de Helmholz; una imagen obtenida del satélite Magallanes escaneada entre 1990 y 1994; un diapasón cuya frecuencia 221 23 hz es la frecuencia del planeta Venus, según una ecuación matemática que convierte los ciclos planetarios en frecuencias auditivas; y una ilustración donde se explica la relación de la órbita de la Tierra y de Venus en un plazo de 8 años terrestres (en una trama de puntos de 0 a 2 mm en una frecuencia de 11 mm y un ángulo de 0 grados). Pura divulgación científica en formato contemporáneo y multidisciplinar.
El afianzado artista alemán Thomas Ruff, uno de los más conocidos representantes de la Escuela de Düsseldorf, también recaló en ARCO en el stand de la galería Mai 36 de Zurich (Suiza) con un ejemplar de su serie “Cassini”. Premio PhotoEspaña 2011 y creador muy reconocido por su serie de “Retratos”, ha puesto en cuestión todo tipo de convenciones fotográficas a través de su trabajo realizado en series. “En el trabajo de Ruff hay una idea detrás, que puede ser política, social, el ser humano o una pasión como son para él las estrellas”, comentaba el comisario José Manuel Costa cuando se le dedicó una exposición en la sala Alcalá 31 de Madrid (Madrid). Según Costa, «su método es casi científico y como un artista contemporáneo, trabaja de una forma totalmente diferente al artista romántico. La inspiración está detrás de todo un trabajo metódico».
En la obra “Cassini 39” de 2011, Ruff se sirve de imágenes difundidas en Internet por la NASA para crear su propio discurso onírico de ciencia ficción. Con ayuda de técnicas digitales, transformó las fotografías en vistas planas y después las coloreó, haciendo muy cercana la superficie del lejano planeta para hacerlo casi accesible y familiar. Según el propio Ruff, empezó a trabajar con esas imágenes porque le «gusta la astronomía y casi por diversión».
Con un enfoque de arte digital puro, la XII edición de los Premios Arco Beep de Arte Electrónico premió dos piezas del artista Luis Lugán presentadas en la galería José de la Mano. Lugán (1929, Madrid), pionero del arte electrónico español en los años 60 y 70, es uno de los referentes históricos en el empleo de tecnología en el arte. Artista multifacético en el que encontramos cuestiones ópticas, cinéticas y sonoras, formuló a finales de los 60 una obra de gran radicalidad que dio lugar a las experiencias del Centro de Cálculo de la Universidad Complutense de Madrid (España). Los artistas Daniel Canogar y Rafael Lozano-Hemmer también fueron reconocidos con premios honoríficos, por el jurado compuesto por Fernando Castro-Flórez, Roberta Bosco, Marie-France Veyrat y Vicente Matallana.