La fundación británica Wellcome Trust anuncia las 20 imágenes científicas ganadoras de su concurso anual

Fuente: Welcome Trust Image Awards

 Los ganadores de los premios Wellcome Image Awards 2016 fueron anunciados esta semana en una ceremonia en el Science Museum de Londres. Por primera vez en los 19 años de historia de estos premios, una ilustración gana el primer premio. Los jueces consideraron que esa imagen de acuarela y tinta, meticulosamente pintada a mano por el artista y científico David Goodsell, mostraba con elegancia la estructura biológica de un virus, el Ébola, que ha causado tal devastación en África Occidental.

Wellcome Trust es una fundación británica de fines benéficos y alcance mundial, dedicada a mejorar la salud mediante el apoyo a mentes brillantes en ciencias, humanidades y ciencias sociales y a acciones de fomento del compromiso público. Wellcome Images es una de las colecciones más completa del mundo, con temas que van desde la historia médica y social hasta la salud contemporánea y la ciencia biomédica.

Aquí tenéis una selección de las favoritas de Probeta Mag, entre las 20 imágenes ganadoras de este año:

“Enfermedad de Raynaud” de Matthew Clavey (Investigación de la Visión Térmica). Técnica: imagen térmica. Esta técnica utiliza un tipo especial de cámara para detectar la radiación infrarroja o el calor. Las diferencias en la temperatura detectada se utilizan para crear la imagen final. Usando un software especial, los valores correctos de la temperatura también se pueden leer en diversas áreas de la imagen. Una mano sana (izquierda) y la mano de una persona con enfermedad de Raynaud (derecha). La enfermedad de Raynaud generalmente afecta a las manos y los pies, causando que menos sangre fluya hacia ellos cuando la persona está fría, ansiosa o estresada. Esto hace que el área afectada se ponga pálida y también puede conducir a entumecimiento y dolor. Ambas manos se pusieron en agua fría durante 2 minutos antes de ser fotografiadas. La mano sana se calienta entonces considerablemente más rápidamente, y las áreas más calientes se muestran en amarillo y naranja. Las áreas más frías son azul, negro y púrpura.

“Vasos sanguíneos en el ojo” de Kim Baxter (Hospital de la Universidad de Cambridge). Técnica: angiografía con fluorescencia. A través de un procedimiento común, un colorante fluorescente se inyecta primero en el brazo de una persona, que viaja a través de las venas y eventualmente a través de los vasos sanguíneos en el ojo, donde destacan para que puedan ser fotografiados con un tipo especial de cámara. Esos vasos sanguíneos suministran nutrientes a la retina, la fina capa de tejido sensible a la luz que recubre la parte posterior del interior del ojo y funciona casi como una película en una cámara. La luz entra en el ojo y se centra en la retina, que luego convierte estas imágenes en señales eléctricas y las envía al cerebro que las interpreta. Si uno de estos vasos sanguíneos se bloquea, puede causar problemas en el ojo y afectar la vista.

“Hojas de maíz” de Fernán Federici (Universidad Católica Pontificia de Chile y Universidad de Cambridge). Técnica: microscopía confocal. Un tipo de microscopio usa luz visible (generalmente con uno o más láseres) para iluminar la parte del objeto que se está observando. La luz fuera de foco por encima y por debajo del punto de enfoque se filtra y se elimina de la imagen final. Las capas ópticas a través de un objeto se pueden apilar para producir una reconstrucción 3D digital. Mirar dentro de un racimo de hojas de una planta joven de maíz revela múltiples detalles y estructura organizada. Cada hoja enrollada está formada por un montón de pequeñas células (pequeñas cuadrículas verdes y rectangulares). Dentro de cada célula hay un núcleo (círculo naranja), la parte de la célula que almacena la información genética. El maíz es uno de los cultivos de cereales más ampliamente cultivados en el mundo. Se utiliza como alimento básico, para el ganado, y como materia prima. Los cultivos de maíz genéticamente modificados están siendo cultivados para ser resistentes a plagas y herbicidas.

«Cableando el cerebro humano» de Alfred Anwander (Instituto Max Planck de Ciencias del Cerebro y de la Cognición Humana). Técnica: tractografía. Esta imagen fue creada a partir de cortes virtuales del cerebro, de arriba a abajo, con un tipo de resonancia magnética (MRI) llamada imagen de difusión que rastrea la dirección y el movimiento de las moléculas de agua. Esta información se utilizó entonces para reconstruir digitalmente esta red de conexiones. Diferentes partes del cerebro se comunican entre sí a través de estas fibras nerviosas, que están aquí codificadas por colores. Las fibras que conectan los hemisferios izquierdo y derecho son rojas, las fibras que viajan arriba y abajo conectando el cerebro y la médula espinal son azules, y las fibras que van de delante a atrás son verdes.

“Desarrollo óseo” de Frank Acquaah. Técnica: tomografía micro-computerizada. Las esferas de diferentes tamaños fueron virtualmente cortadas del modelo, para asegurar que la misma parte del hueso fuese analizada en cada caso. La tomografía computarizada (TC) convencional y la micro-TC utilizan rayos X para proporcionar información sobre el objeto que están escaneando, pero la micro-CT lo hace a menor escala y con mayor resolución. A medida que los bebés y los niños se desarrollan, la estructura de sus huesos cambia. Cada esfera muestra el hueso de la columna vertebral de un bebé a una edad diferente. Las esferas no están a escala aquí, de modo que los cambios estructurales en el hueso se pueden ver fácilmente.